![]() Los que nos conocéis, sabéis que este año ha sido un año muy especial para el equipo del Pikapote. A José Mari, Ana y Asier se nos ha unido Eneko. Eneko se llama así porque cuando todavía no sabíamos si iba a ser Eneko o Eneka, decidimos que si era chica escogería su madre y si era chico, su padre y su hermano (yo convencida de que sería chica, una artista). Su madre, o sea yo, iba preguntado a su abuela, o sea mi madre, los nombres de todas las mujeres de la familia y uno me hizo tilín: Catalina. También Victoria me rondaba porque mi padre se llama Víctor y en la saga Martín Muñoz, había muchos Victores. Por su parte, los chicos habían decidido que el nombre iba a ser euskaldún, y ya iban mencionando algunos: Manex, Urdax. A mí, mediterránea de pura cepa, que vivo en el Mediterráneo rodeada de vascos, esos nombres no me sonaban de nada, me faltaba el componente cultural para entenderlos. Así que puse la maquinaria en marcha por si acaso no salía una Catalina si no un Catalino y busqué en mi imaginario nombres masculinos euskaldunes, haciendo repaso al libro de reservas del Pikapote y a cualquier recuerdo familiar de aquellas tierras (tuve aitona, Víctor, al que no conocí). Desanimada ya, de repente recordé aquel restaurante que tanto mencionaba José Mari, por ser un gran admirador de su cocina y cuyo propietario e ideólogo se llama Eneko y ¡voilá! me encantó. El nombre me encantó y además el único Eneko que “conocía” era un emprendedor de éxito, cocinero de prestigio y con un proyecto precioso: el restaurante Azurmendi. Así que sin más se lo solté a mis vascos “¿Qué os parece Eneko?” y los dos “¡ah, pues genial!” y ahí quedó la cosa. Pasado el tiempo, con Enekín ya en casa, imaginaba cómo celebrar mi primer cumpleaños siendo mamá. Entonces recordé este periplo del nombre y no lo dudé, hice la reserva en Azurmendi. ![]() Siempre he pensado que la vida de la restauración es muy similar a la del teatro. Las dos profesiones requieren de mucho estudio, de mucho ensayo, de mucha técnica y de un alto grado de creatividad para su interpretación. Ambas dependen en última instancia de las representaciones diarias en las que el público siempre tiene la última palabra. Las dos son artes en vivo y, ya puestos a sacar similitudes, ambos espacios de exhibición se rigen por la misma ley. En ambas profesiones habiendo buena materia prima, buenos profesionales y los medios adecuados, se consigue un buen producto para ofrecer a tu público/comensal. Así, en igualdad de condiciones ¿qué es lo que hace que tu restaurante sea la mejor experiencia para el público? La puesta en escena, es decir, cómo vas a presentar las recetas que salgan del equipo de cocina: desde el emplatado hasta el servicio de sala pasando por la decoración del local, el ambiente, cualquier detalle que haga de la experiencia del comensal algo diferente, te distinguirá del resto. Por eso, viniendo como vengo del mundo del teatro, cuando visito un restaurante y la puesta en escena me impacta, si como bien, me voy como una chiquilla habiendo descubierto un tesoro.
2 Comentarios
Amparo
12/23/2017 09:27:24 am
Tierno y entrañable relato sobre el equipo pikapote.
Responder
Ana
12/24/2017 12:16:01 pm
Gracias Amparo, siempre es un placer tenerte en el Pikapote. Hasta pronto.
Responder
Deja una respuesta. |